Seguramente ya los has visto por las calles de Bruselas, París, Roma, Nápoles, Madrid o Barcelona, en todas las grandes ciudades de Europa.
Pero, ¿conoces sus nombres? ¿Has conocido a sus familias? ¿Sabes de qué país, de qué ciudad, de qué pueblo vienen?
¿A quién dejaron atrás? ¿A quién esperan reencontrar? ¿Cuál es su situación?
¿Cuántas fronteras han cruzado? ¿Sabes si desean regresar allá, quedarse aquí o ir a otro lugar?
¿Sabes si, después de su muerte, quieren ser enterrados allá o aquí? ¿Quién cuidará de sus cuerpos?
Vas a conocer a Félix, Beauregard, Aliou y también a Joseph.
Te tomarán de la mano, atraparán tu oído, atraerán tu mirada.
Algunos nombres entre tantos otros que quizá te sea dado oír o pronunciar.
Te llevarán al barrio de Matongé en Bruselas, a la Goutte d’Or o a la Porte de la Chapelle en París.
Te hablarán de Touba, en Senegal.
Te llevarán a Duala, a Bafang o incluso a Komako, en Camerún.